-Esta obra casi animística me recuerda también varios artefactos “primitivos”, sus cualidades emotivas más que su influencia formal. La mayor parte del arte tribal obedece a la necesidad de asegurar un contacto continuo con las fuerzas naturales, de conjurar el mal, de estimular la bondad, y de dominar el miedo. El animismo de Bourgeois sirve a propósitos similares.
-Con frecuencia, sus reflexiones son nostálgicas. Rastrea sus obsesiones.
- Las hermosas figuras, parecidas a tallos, se erguían en pares o solas, y los observadores advirtieron en ellas una dolorosa sensación de aislamiento. Todas las piezas terminaban en puntas, “reacias a tocar algo, temerosas de la vida misma”. Como encapuchados, su cualidad fantasmal, reminiscente de un ritual privado en el que Bourgeois podía convocar a toda la gente que echaba de menos”. No me interesaban los detalles; me interesaban su presencia física.
-Asomarse a las guaridas es como caminar a través de un laberinto de muro ásperos.
-Los pesos y las presiones y las zonas de ansiedad de las relaciones cerradas.
-La atmósfera de soledad e intimidad.
- Es la moderna condición humana que trata del dolor de no poder expresarse correctamente, no poder expresar su lado más íntimo, su inconsciente, no poder confiar suficientemente en el mundo para expresarse directamente a él, la de tratar de conservar la cordura en esta situación, y sólo conseguir estar cuerdo momentáneamente al expresarse. Todo el arte surge a partir de los terribles fracasos y necesidades que sentimos, de la dificultad de ser uno mismo porque uno se encuentra abandonado, la necesidad de ser reconocido, que no se ve satisfecha. El arte es una manera de reconocerse, y por ello siempre será moderno.
-“Me siento tan sola que estoy reconstruyendo a esta gente a mi alrededor". Reconstruye a las personas de las que se había segregado. Los echa de menos, como si sufriera algún tipo de dolor fantasma. Los reconstruye como prótesis, como bastones.
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